La casa

Las llanuras de Albacete guardan ruinas que en otros tiempos fueron casas de labor. Suelo visitar la casa tres o cuatro veces al año. Me gusta observar como avanzan las estaciones del año cambiando el paisaje a su alrededor. En primavera la casa esta muy bonita pues las amapolas campan a su alrededor.



El verano proporciona los atardeceres mágicos. Es un privilegio ver incendiarse el cielo desde aquí.






El otoño y el invierno sumergen el paisaje en un gris frío y degradado por el viento eterno que sopla por estas tierras.



Comentarios

  1. Siempre es agradable poder contemplar de nuevo el cielo que se lleva dentro. Poético el trigo enmarañado, bonita impresión.

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