La ermita



Me gusta pasarme de vez en cuando por la ermita de los arcos.



Abandonada en mitad del campo, semiderruida, todavía se aguanta en pie como puede...



...a media ladera de una loma, rodeada de olivos y encinas.



Allí, al anochecer, le rezo al viento y a las estrellas, a los olivos y a la carrasca.



Allí, embriagado de tomillo y romero, me pierdo de vez en cuando a la hora en que cada mochuelo se va a su olivo.

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