Vª Gala Cuentamontes
Fotografía ganadora y portada del libro Cuentamontes 2012
Luz de frontal
El sábado 23 de enero tuvo lugar en Elda la Vª Gala Cuentamontes de las artes y las letras montañeras en la que se hizo entrega de los premios de esta edición del concurso y se presentó el libro Cuentamontes 2012. Por allí estuve, invitado por la organización en calidad de ganador de uno de los premios de fotografía. La Gala contó con una elevada asistencia de público y se constituyó en un interesante punto de encuentro entre escritores, poetas, pintores, fotógrafos y el resto de público asistente, brindándonos la ocasión de conocernos e intercambiar impresiones acerca de las obras finalistas y ganadoras. Mi enhorabuena a todos los premiados, finalistas y participantes así como a la impecable organización de Juan Manuel Maestre y todo el equipo de Cuentamontes.
Aquí podéis ver el cuadro de premiados de esta edición de Cuentamontes.
Las fotos que os dejo a continuación son una selección de mis fotografías de montaña que Cuentamontes ha tenido la amabilidad de publicar en páginas centrales del libro Cuentamontes 2012. Espero que os gusten.
Selección de fotografías de montaña en blanco y negro en páginas centrales del libro Cuentamontes 2012.
El caminante
Soledad, viento y frío. El cansancio es grande cuando se acerca el final de una larga jornada de montaña. Momentos de silencio físico y mental… caminando cansado pero satisfecho, disfrutando de la naturaleza en un escenario de alta montaña.
El Dru
La luz, ese elemento que perseguimos todos los fotógrafos, a veces tan esquiva… en esta ocasión tuve suerte y pude fotografiarla en forma de halo en la cara norte del Dru. El sol amanecía justo tras la montaña y durante un espacio muy breve de tiempo y emociones se creó el instante.
Luces de glaciar
Un fogonazo de luz se abre paso entre la niebla durante unos instantes en el glaciar. Todo es inmenso allí, las grietas, las paredes. Las minúsculas cordadas de alpinistas que se adivinan en la zona iluminada del centro de la imagen nos dan una idea de la magnitud del escenario. “El hombre es la medida de todas las cosas”.
Pique Longue
Si la noche es el perfecto aliado para lograr buenas fotografías, la noche y la alta montaña forman un coctel explosivo. La cara norte del Pique Longue o Vignemale me mostró toda su magia cuando la noche avanzó lo suficiente como para que la Vía Láctea se alineara con la cumbre de este coloso. Una larga espera hasta las 3 de la madrugada, impaciencia, emoción, frío, sueño y el cansancio acumulado tras una larga jornada de montaña me acompañaron hasta que la Vía se alineó y me regaló el instante decisivo, el instante “Pique Longue”
Ventisca
Cada salida a la montaña me regala algo para recordar. A veces son un puñado de anécdotas y vivencias, la buena compañía, los buenos y no tan buenos momentos vividos. Otras veces tan solo se trata de un instante, un momento especial que trato de captar con mi cámara y que siempre vuelve a mi cada vez que recuerdo esa salida.
En esta ocasión el instante llegó con la ventisca, cerca de la cumbre.
Mis compañeros marchan por delante a cumbre y quedo parado esperando al compañero que viene por detrás. La ventisca lo envuelve todo y pierdo el contacto visual con los de delante y con el de atrás. Estoy sólo en mitad de un inmenso espacio vacío, un espacio blanco que me envuelve con un rugido ensordecedor. El viento me saluda escarchando mi ropa con violencia. Los copos de nieve se arremolinan danzando en torno a mi, cada vez con más fuerza, con más ritmo, como si de una danza tribal se tratase. El viento es racheado y por momentos afloja dando un respiro a los cristales helados para volver a soplar con más fuerza y aumentar la intensidad del baile. Este viento que sopla de costado descubre por un momento un hueco entre mi capucha y mi cara y siento como millones de alfileres se clavan en mi mejilla. Todo lo que percibo alrededor mío sucede cada vez más despacio hasta llegar a tener la sensación de que el tiempo se detiene. Solo veo la nada, blanca y vacía; y solo escucho el sonido aplastado del viento azotando mi capucha mientras hago la foto.
Viento en la arista
En una travesía glaciar el escenario es lo forman picos nevados y grietas. Conforme vas ascendiendo y acercándote a las cumbres aparece un elemento más, muy estético él, las aristas. Blancas, elegantes, estilizadas, y algunas muy pero que muy estrechas aunque en esta ocasión no es el caso. Lo que captó mi atención esta vez fue la racha de viento que de repente elevó las nubes sobre la arista haciéndola más elegante de lo que ya era.
Comentarios
Publicar un comentario